El dibujante Diego Olmos (Barcelona, 1970) está acostumbrado a vérselas con superhéroes como Batman en su trabajo para el mercado norteamericano. Sus lápices han podido verse en éxitos como ‘Batman: Barcelona. El caballero dragón’, que contó con los colores de la zaragozana Marta Martínez. Pero Olmos tampoco ha descuidado su carrera como autor completo, como demuestran ‘H2Octopus’ (Planeta DeAgostini) o la obra que presentará en el X Salón del Cómic de Zaragoza, ‘Goya‘ (Ediciones B).

Los años del genio aragonés en la Quinta del Sordo, en cuyas paredes plasmó sus ‘Pinturas negras’, inspiran al autor barcelonés una obra llena de sombras en las que los cuadros cobran vida propia. Diego Olmos firmará ejemplares de ‘Goya’ el sábado 17, a las 13.00, y el domingo 18, a las 12.00, en el expositor de firmas del Salón.

¿Qué te hizo fijarte en las pinturas negras de Goya como base para una novela gráfica?

Supongo que mi fascinación durante años por la obra de Goya tendrá algo que ver. Toda su poderosa imaginería quedó sembrada en mi cabeza cuando visité el Museo del Prado, hace bastantes años ya, donde pude contemplar las pinturas negras en vivo o, años después, al admirar las series de grabados del maestro que se expusieron en Barcelona. Desde entonces me estuvo rondado la idea de plasmar todo ese oscuro y sugerente mundo en una historia hasta que, hace un tiempo, cuando decidí descansar un poco de mi trabajo para el mercado americano y embarcarme de nuevo en un proyecto propio, sentí que era un buen momento personal para ponerme con ello. Escogí el tema de las pinturas negras por el misterio que envuelve su realización y por suponer la culminación de la carrera de Goya, el momento en que revolucionó la pintura mundial.

Fue una etapa de la vida de Goya oscura no solo en lo pictórico, sino también en lo personal. ¿Te resultaba esto especialmente atrayente?

Si, por supuesto, intentar imaginar el conflicto interno que vivió Goya en esos tiempos me atraía mucho. Además, como acabo de comentarte, el hecho de que se sepa tan poco de esta etapa de su vida me dio mucha libertad para especular. Tenía claro desde el principio que no quería hacer una biografía al uso de Goya. Lo poco que se sabe está incluido en el libro, el resto es un intento por mi parte de meterme en la piel del viejo Goya, de intentar «comprender» que sentía y que pensaba ese hombre enfermo, sordo y frustrado con el mundo que se recluyó en La Quinta del Sordo y se dedico a pintar en las paredes de la casa esas terribles imágenes. Es ese conflicto, ese aislamiento del mundo, aparte de hacer un homenaje al maestro, lo que más me interesó de este trabajo.

Destaca cómo están «insertadas» las pinturas negras en la obra, de manera que se da una explicación al motivo que llevó a Goya a realizar estas obras en las paredes de su propia casa… ¿Fue muy difícil este proceso de hilar cuadros y viñetas?

No, no demasiado. Dividí las 14 pinturas en pequeños grupos, por proximidad de tema retratado, y comencé a articular la historia en relación a ellos. La verdad es que me deje llevar por la imaginación, sin intentar racionalizar demasiado, y la historia fluyó desde el principio de manera bastante orgánica, casi como si alguien me la fuera dictando.

Además del propio Goya, ¿has tomado algún otro referente? Parece un cómic cercano a la estética del terror en algunas páginas…

Si, hay bastante de eso. El género del terror está siempre presente, de una manera o de otra, en casi todo lo que hago. Se podría decir que es el género en el que me siento más cómodo. Además, mis máximas influencias en el mundo de la viñeta son gente como Battaglia o Breccia, autores que se hicieron «grandes» en este género. También mis influencias fuera del mundo del cómic se mueven en ese espectro, el expresionismo alemán o las producciones de la Hammer en el cine, o Poe, Shelley y Lovecraft en literatura. Sin ir más lejos, el propio mundo de Goya, lleno de diablos, brujas, aquelarres y animales antropomórficos es bastante terrorífico, así que la estética terrorífica le viene como un guante a la obra.

Sueles trabajar para el mercado de superhéroes norteamericano, pero no has renunciado a ser autor completo con tebeos como ‘H2Octopus’ o este ‘Goya’… ¿Es difícil compaginar estas dos facetas? A los dibujantes que trabajan para USA siempre les falta tiempo.

Es bastante difícil de compaginar porque hacer un libro como este lleva mucho tiempo, y es tiempo que le quitas al trabajo de encargo para USA que es, al fin y al cabo, el que te da económicamente para comer y pagar las facturas. Es una lucha interna que arrastro desde hace años entre darle de comer al estómago o darle alimento al alma. Todavía sueño con el día en que pueda conseguir las dos cosas, que con mi trabajo más personal me pueda ganar la vida, aunque la dirección que llevan el mundo y el mercado no me hagan albergar muchas esperanzas.

Es curioso, sin salir del mercado americano, como a veces se cuela la influencia de Goya en los cómics… ¿Se pueden encontrar muchos ejemplos?

Si, he visto algunas portadas. Supongo que, al igual que me ha influido el arte de Goya a mi, habrá otros dibujantes a los que también les guste. Sin ir más lejos hace un tiempo el propio Mike Mignola hizo un número de Hellboy donde hacía un homenaje a Goya, «En La Capilla de Moloch» creo que se llamaba.

Llama la atención es que ‘Goya’ se haya publicado por Ediciones B, una editorial que busca grandes públicos. ¿Crees que esto va a contribuir a que ‘Goya’ llegue a lectores ‘no habituales’ de cómic?

Bueno, ese era mi objetivo desde el principio, por ese motivo me dirigí a Ediciones B, que es una editorial de libros, en lugar de a una editorial estrictamente de cómic. Como suelo decir, a la gente aficionada al cómic ya los tenemos de nuestro lado, es al resto del público al que hay que intentar llegar. Espero que con una obra como esta, que creo puede interesar a un lector ocasional, y con el respaldo de una editorial que tiene otros métodos de promoción y distribución se pueda llegar a ese otro público.

¿Has saldado tus cuentas con Goya o aún te has quedado con ganas de más? Solo el tema de la cabeza desaparecida da para otra novela gráfica…

Si, supongo, el tema de la cabeza desaparecida es muy interesante. En esa dirección no lo descarto, pero en cuanto a Goya y su obra creo que ya he acabado. Un tema que me interesa que ya he llevado al cómic, ya solo me quedan unos mil más.